1.
La expansión de los cultivos
transgénicos amenaza la diversidad genética por la simplificación de los
sistemas de cultivos y la promoción de la erosión genética.
2.
La potencial transferencia de genes
de cultivos resistentes a herbicidas (CRHs) a variedades silvestres o parientes
semidomesticados pueden crear supermalezas.
3.
Cultivos resistentes a herbicidas
voluntarios (es decir, las plantas que surgen espontáneamente en el área de
cultivo o en otro ambiente) se transformarían subsecuentemente en malezas.
4.
El traslado horizontal vectormediado
de genes y la recombinación para crear nuevas razas patogénicas de bacteria.
5.
Recombinación de vectores que
generan variedades del virus más nocivas, sobre todo en plantas transgénicas
diseñadas para resistencia viral en base a genes virales.
6.
Las plagas de insectos desarrollarán
rápidamente resistencia a los cultivos que contienen la toxina de Bt.
7.
El uso masivo de la toxina de Bt en
cultivos puede desencadenar interacciones potencialmente negativas que afecten
procesos ecológicos y a organismos benéficos.
Los siete
peligros arriba son la típica mescla de percepciones de posibles daños
biológicos con la falta de conocimientos en agronomía y biología, pero
sobretodo, con la falta de una sistemática de evaluación de riesgo. No será posible
en este corto espacio del blog rechazar los equívocos científicos que pudieran conducir
a la formulación de la lista arriba, pero concentraremos nuestra atención en la
sistemática de la evaluación de riesgos.
Siempre que
uno empieza una evaluación de riesgo, debe tener en cuenta que su objetivo es
determinar si la versión transgénica pudiera presentar riesgos distintos a los
presentados por la versión no transgénica, actualmente en uso. Por eso, cualesquiera que sean los impactos
posibles, el transgénico y su contraparte no transgénica siempre deben ser
comparados en condiciones similares de
empleo.
Aceptada
esta premisa elemental, siete preguntas clave deben ser respondidas de forma
completa y con rigor científico (estas preguntas consolidan la percepción
internacional sobre evaluación de riesgos y surgen, con pequeños cambios, en
los textos del Protocolo de Cartagena - Anexo III, ítems 8 y 9), en el Biosafety Resource Book, de la FAO, y en
muchas otras publicaciones)
1. La identificación de objetivos de protección relevantes a la evaluación,
descritos en el marco legal o regulatorio, así como en otros documentos
pertinentes a las políticas públicas de protección ambiental del país. Estos objetivos son usualmente amplios, tales
como protección del medio ambiente, de especies en riesgo de extinción, etc.
Esta complejidad debe ser reducida por la selección de elementos clave dentro
del conjunto de objetivos de protección, que es dependiente de una evaluación del
potencial de daño del transgénico comparado con su parental no transformado, en
el ambiente receptor.
2. La biología del organismo homólogo convencional no modificado y sus
usos, con énfasis en los aspectos que son similares al uso pretendido del
transgénico. Normalmente hay publicaciones que describen adecuadamente la
biología del parental (homólogo convencional no modificado) y su empleo.
3. La identificación del medio receptor de los transgénicos. Esto incluye la presencia de organismos
sexualmente compatibles con el transgénico y muchas otras informaciones, pero
no los organismos no blanco, que serán considerados en la pregunta siguiente.
4. La identificación de organismos
claves que pudiesen sufrir daños debido a la presencia del transgénico.
5. La construcción genética, con énfasis en la expresión de los transgenes
y los cambios fenotípicos y fenológicos esperados como consecuencia de la
transformación genética.
6. La familiaridad del comportamiento biológico esperado, con énfasis en la
descripción de modificaciones genéticas convencionales que concurran a la
predicción del comportamiento del transgénico.
Cualquier posible impacto ambiental se deberá a la naturaleza de la modificación,
y no al método que se utilizó para efectuar la modificación. Por eso, es posible usar modificaciones
convencionales para predecir el comportamiento de un transgénico.
7. El historial de uso seguro de los genes/hospederos (organismo receptor
de la construcción genética) en otros países o en el mismo país. Si bien es
cierto que no hay dos ambientes totalmente idénticos, existen condiciones
ambientales que sí son comparables, lo cual permite hacer inferencias sobre los
resultados esperados.
Con las
respuestas a las preguntas arriba el evaluador de riesgos puede estimar los dos
elementos cruciales para la determinación del riesgo de cada peligro
presentido: la exposición al peligro
(frecuencia de ocurrencia) y el daño
(o consecuencia) esperado.
Para cada
peligro de la lista de Altieri, con base en las informaciones aportadas por las
respuestas a las preguntas clave, es posible estimar un nivel de riesgo: insignificante, bajo, moderado o alto.
De hecho, algunos de los peligros tienen suporte en la Biología, pero otros son
el producto del primer error de una evaluación de riesgos: el olvido en comparar el transgénico con su contraparte
no transgénica.
Tomemos
como ejemplo el primer peligro: la expansión de los cultivos, sean transgénicos
o no, tiene siempre algún impacto en la diversidad, y no hay razones para
esperar diferencias ni del tipo de impacto ni de su nivel entre transgénicos y
convencionales.
El según error
frecuente es olvidar que un mal manejo
de la plantación lleva al aparecimiento de malezas y otras plagas resistentes,
sea en la presencia de plantas transgénicas o no. Lo que se pasa es la simples selección
de mutantes naturales existentes en las poblaciones de plagas que son
tolerantes/ resistentes a la presión selectiva empleada (herbicida/
insecticida).
Un tercer
error muy común es imaginarse que la
adición(o supresión) de unos pocos genes cambie por completo el comportamiento
de una planta. Un maíz transgénico siegue siendo un maíz, con uno, dos o
quizás decenas de nuevos genes. El mismo es válido para cualquier otra planta o
vertebrado. Entonces, voluntarios no se convierten
en peligrosas malezas, excepto si las plantas convencionales ya muestren esta
característica.
Un
gravísimo error es considerar como
posible la transferencia de genes insertados en el genoma de una planta para
bacterias y otros organismos. Hay poderosos mecanismos en las bacterias que
cortan los DNAs exógenos. Además, para que un gen permanezca en la bacteria, es
indispensable una presión selectiva, que es inimaginable em el caso de
resistencia a insectos o tolerancia a herbicidas.
Los
peligros 5 y 6 no tienen sustentación científica. Además, el surgimiento de
casos de resistencia entre insectos muestra fuerte dependencia a los métodos de
cultivo (p. ej., para reducir la ocurrencia de resistencia al Bt hay que
emplear refugios – áreas dentro o próximas a las plantaciones, sembradas con la
misma variedad de planta, pero no transgénica). Acá, por lo tanto, se
sobreponen errores científicos y un escaso conocimiento de agronomía.
Solamente
el peligro nr. 7 tiene quizás una pequeña chance de ser real, i.e., de tener un
riesgo. ¿Por qué? Porque la cuestión es
de tal forma amplia que centenas de posibilidades directamente se incluyen en
su límite. Claro es que una tal pregunta no se hace, porque no será posible
determinar causalidad.
Ahora es
posible producir la lista de los siete errores principales en las evaluaciones
de riesgo de supuestos peligros de los transgénicos al ambiente.
1. Olvidar de comparar el transgénico con su contraparte no transgénica en
condiciones de empleo similares
2. Olvidar que un mal manejo de la plantación lleva al aparecimiento de
malezas y otras plagas resistentes
3. Creer que la adición (o supresión) de unos pocos genes cambie por
completo el comportamiento de una planta
4. Considerar como posible la transferencia horizontal de genes insertados
en el genoma de un eucarionte superior a otro organismo cualquier
5. De una forma general, extrapolar comportamientos biológicos conocidos de
una clase de organismos a otra filogenética o evolutivamente muy distante
6. También de forma general, extrapolar lo que ocurre in vitro o en
condiciones muy especiales en un laboratorio con lo que se pasa en campo
7. Olvidar la selección natural (el más grave de los errores)
Se añade a
los errores arriba un componente casi psicológico: la super-valoración de
publicaciones de baja calidad, que quedan aisladas, sin confirmación posterior,
pero que traen “pruebas incontestables” de daños causados por los transgénicos.
Hay que tener mucho cuidado con las “voces aisladas en ciencia”. Para una
discusión, véase http://genpeace.blogspot.com.br/2012/03/vozes-isoladas-na-ciencia-quebra-de.html.
(en portugués).
Aunque toda
la contra-argumentación presentada arriba no sea nueva, las siete preguntas
persisten después de una década y media. ¿Por qué?
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